miércoles, 20 de abril de 2011

Un sueño de Ensueño













Viajar sentada o de pie eso es lo que quiero yo.






Amado Coroico, Bolivia
Tanto daría, tan solo volver a mis lugares queridos y extrañados, sería  como volver a mi fascinante selva, es indescriptible poder disfrutar  entre las tres cascadas aquel baile pendiente,  contemplar la fertilidad tropical entre hojas de coca, majestuosos cóndores bolivianos  y verdes  montañas; Sin embargo es necesario decirle un nostálgico adiós a Coroico,  mi amada selva Boliviana y seguir.. 

Doblar a la izquierda  y no pretender parar , sin abrir los ojos desear algo más, sumergirte entre años sabios  y mágicas ruinas llenas de energía,  donde al abrir los ojos es inevitable maravillarse con Machupicchu,  pero no te preocupes, sentirse cada vez más pequeño, es parte del portentoso tamaño de las montañas que albergan invaluables tesoros y misterios, con las sensaciones  a punto de estallar, 
Machupicchu, Peru
 flotando en el aire, sintiendo la energía que inunda cada célula de tu cuerpo y  respirando profundo,  es indescriptible la sensación de  reincorporarse  al sonido de la lluvia,  la que con una leve caricia te  hace evidente el desvío  hacia el sur.

Glaciar Grey, Parque Torres del Paine

Eso no evita disfrutar de aquel frío envolvente, del silencio impenetrable y  de vientos traviesos que juguetean contigo, glaciares, ríos  rocas, vientos, fogatas,   solo te permiten pensar en una añorada “W”, aquella letra sacada de una historia maravillosa. De esas de cuentos de hadas, cuentos de amor, pero ésta sin un final feliz.
 Donde en la tapa alguna vez se pudo leer: Torres del Paine.
La lluvia es un buen pretexto para buscar pasajes en hojas raídas por el tiempo y besarlas nostálgicamente.  Pero aquí, cuando menos lo piensas,  sale el sol, los fantasmas disipan, señalando que es hora de seguir. Pero ¿ quién decide caminar cuando se puede volar?  


Abruptamente un frío congelador  te detiene, te das cuenta que la paz se ha vuelto un sinfín de ruidos,  al mirar a tu alrededor no entenderás entre cuantos edificios y ajetreo estás.  A  pocos pasos unas vanidosas flores  llaman tu atención, al observar con cuidado es maravillante cuantos cientos de flores se pasean por manos de mujeres con aires  de superioridad. Así reconociendo lentamente el lugar, su aroma se vuelve característico, las gárgolas vuelven tus historias de terror en posibles realidades, las iglesias dejan ver cada uno de sus incontables detalles, te sientes empequeñecido por
Sagrada Familia, Barcelona
tantas ostentaciones que no puedes parar de contemplar obligándote así a camuflarte por La Rambla Española. Los sonidos de violines te distraen llegando a la base de interminables escaleras en caracol, notas que las torres ya no están en construcción, tras la satisfacción de subir una infinidad de escalones enumerados en forma de tortura,  miras a tu alrededor y el asombro es de inmediato; Barcelona es realmente sorprendente y aún más su misteriosa Sagrada Familia.  

Calvario,Copacabana

Al cerrar los ojos y recordar una sensación similar, el poder de ver  toda la ciudad   sentir que eres omnipotente y jugar a ser Dios debido al vértigo me trae muy buenos recuerdos de Copacabana, Bueno  luego de bajar aquellas escaleras de la Catedral, nunca es tarde para ir de tapas y copas, para luego realizar un fantástico paseo en bicicleta entre castillos y un imponente puente donde dejará grabada en tu memoria por
Zaragoza, España
siempre la lujuriosa arquitectura de Zaragoza, de vuelta en bicicleta tus miedos florecen, comienza a nevar,  el frío inunda cada parte descubierta de piel, el silencio en el panteón es intranquilo,  contemplas algunas estatuas entre tumbas, hasta que por fin llegas a destino, es imperdonable no bajarse y hacer  ángeles en la nieve,  pero ya no tienes frío   estas nadando, no evitas soltarte  el pelo y dejarte llevar por
Pichilemu, Chile
aquellas  alborotadas aguas, te sumerges para aparecer en  un paisaje incandescentemente celeste, justo en el medio del mar la sensación de euforia que se siente al correr  entre las olas es indescriptible,  el sentir el olor a leña y el subirse a un caballo mientras paseas por interminables arboledas de pinos hacen que Pichilemu sea incomparable. 




Ya se está haciendo tarde, al avanzar se debe pasar por una ciudad la cual confirma cual caja de pandora es.  Lo mejor es no pasar a casa, olvidar una estresante ciudad llamada Santiago y no mirar atrás. Al seguir,  edificios llenos de contaminación se transforman lentamente en  sauces paradójicamente bellísimos entre tanto desierto, cada vez más cerca de estos árboles
todo se vuelve muy acogedor, bañarse en ríos  místicos  cargados de paz y aprovechar los últimos rayos de sol en el Valle del Elqui te devuelven completamente las energías
Carnaval del Sol, Arica
para continuar, es más, aquí no se duda de una buena fogata, charlas y compañías   y así fácilmente  puedes  perder la cuenta y despiertas entre carnavales,  bailes y unas cuantas cervezas donde a lo lejos se puede divisar el Morro de Arica.



Plaza San Blas. Cuzco, Peru
  Siguiendo los pasacalles, la música y con un paso más firme, nos encontramos con un manto de pequeñas luces parpadeantes en el cielo,  pero dicen que  los fuegos artificiales de Cuzco  llenan la noche de luz , centenares de velas adornan a  San Blas, Las  risas, bailes e interminables cantos hace olvidar el cansancio. De madrugada  debemos cruzar por un gran lago que nos desvía del recorrido, culturas maravillosas salen al encuentro, al saludar la magia de su calidez te quita inmediatamente el rol de extranjero, haciéndote participar por un instante en la vida de los Uros,
Isla del Sol, Bolivia
entre cantos  y regalos. Al alejarse todo se vuelve agua, no hay fronteras para el Titicaca mientras que los rayos de sol se divierten contigo y transforman toda una isla  en un impresionante color dorado, interminables caminos y  miradores a hermosas playas asombran  la vista,  así te das cuenta que por fin la palabra paraíso tiene un sinónimo: Isla del Sol, cargada de milenarios misterios, laberintos y pasadizos.   



Islas Uros, Perú      

Notre Damme

 Bajo la tranquilidad indescriptible y el silencio majestuoso iniciar una lectura, definitivamente es necesaria.  De pronto el frío te hace soltar el libro, escuchando nuevamente que la paz se ha vuelto un caos, al mirar alrededor  se admira con complacencia la adornada ciudad, enredaderas y pinos con formas geométricas adornan las calles. Al voltear  no evitarás imaginarte aquella película infantil la cual se titula: El jorobado de Notre damme,  Te inunda la curiosidad por saber si tal personaje existe.  Lamentablemente aquel melodioso campanar es una grabación, pero eso no te desmotiva para apreciar impresionantes  vitrales de mil colores, mil tamaños, mil diseños, todo es realmente maravilloso, a la salida te enredas en un grupo de personas de ojos celestes y con ese acento irreconocible. Sientes el motor y de pronto la brisa empapa tu cara, viajar en un rio en la capital es un verdadero privilegio,  las gárgolas  te siguen con
Museo Louvre, Paris, Francia
la mirada indiferente bañadas por el Sena,  mientras  que la culminación de tantas maravillas pasa por delante de tus ojos. Ahí está la majestuosa  pirámide de vidrio, su luz amarilla deja a imaginación una nostalgia indescriptible.  Mientras sueñas con estar en su interior, en sus escaleras de caracol, te decepcionas de aquel arco tan famoso, y a la vez tan desmejorado, pero no importa  ya se acerca el final de este viaje.




Torre Eiffel, Paris, Francia
Calles repletas de restaurantes, cafés, teatros y museos enriquecen tus sentidos,  pero no puedes perder la única oportunidad que tengas, quizás en toda tu vida de disfrutar  un excelente café,  el sentir ese aroma tan satisfactorio no se debe al simple café francés, si no que estás disfrutando  en el primer piso de una de las más maravillosas obras de arte del mundo, La Torre Eiffel. Perdámonos y  a medida que te paseas por  los miradores te vas dando cuenta que existen lugares de ensueño, que no tan solo las maravillas pasan en las películas,  si no que las maravillas  están esperando por ti.



Parque San Martin, Mendoza

  Al bajar  y ya en dirección de vuelta a casa, hago una última parada  tras maravillarme de algo tan envidiable como el Parque san Martín no me queda más que  buscar algún boliche trasandino para tomarme una Quilmes en buena compañía mientras enérgicas canciones de los redondos suenan a la lejanía.
Mi pequeño naranjo, Santa Lucia


Ahora ya es tiempo de  volver a casa,  me desvío entre la capital,  al  Cerro Santa Lucia,  este lugar entre tanto caos  citadino, es mi ultimo suspiro de paz,  donde se encuentra mi pequeño y querido naranjo, aquel que me espera incondicionalmente invierno tras invierno.









Camila Aquevedo, abril 2011,  Memoria de viajes emotivos.